Saturday, April 26, 2008

Gracias Vigia!

Cuanto veneno, POR UN MOMENTO, fue inyectado a mi sangre. Cuan envenanada fue mi vista. Ví como ese veneno, cual color contrastante, fué cambiando los tonos del hermoso paisaje, al igual que el anochecer que va consumiendo cada uno de los destellos del dia, por momentos victorioso, pero destazado al siguiente dia, para luego renacer con el crepusculo, cuando un dia se marcha, cobardemente haciendo creer que vence, pero de una manera cobarde, por la espalda.

Cual sera el limite del metamofismo humano? sera inherente o sera implantado? Como esas bestias suben al compas de los tiempos! Y al pruebe de la luz, esas sombras parecen aberrantes. El descubrimiento de la naturaleza caida es sorprendente, abrumante, desesperanzador, frustrante, a veces innaceptable.

Al peso, no se si de humildad al ver esas bestias, "mis" supuestas aberrantes bestias; o tal vez solo por el cansancio, hasta la vida parece inmerecida. Si no fuera por el vigia, fortaleza de los siglos... tal vez hubiera hecho ya cita con la muerte. Tal vez cuando inerte por el espanto de mi auto descubrimiento, al auto-abandono de mis fuerzas, el aliento me hubiese sido arrebatado, y mi ser ya no fuera... si no fuera por el vigia, fortaleza de los siglos.

Si no fuera por el vigia, fortaleza de los siglos... no sé que seria de mi... pues me espanta ese hedonismo de una sola tendencia, disque "normal", a traves del cual se transfuciona "ese" veneno. Hedonismo inmisericorde, cazador de presas con conciencia o sin ella, que succiona mi animo hasta la muerte; una muerte que fortalece mi fé y hace cada vez mas visible lo que no era visible, inconcebible... si, inconcebible... innaceptable... ilógica, ante la moral podrida de mi "suciedad" pero sobretodo justa. Que nivela mi auto-creencia al mismo inmerecimiento de una naturaleza caida, que abre mis ojos a la necesidad apremiente de un arbitro, un abogado ante mis tendencias y las exigencias inesquivables opuestas a estas. Que me hace cobijarme, entregarme como muerto, a las alas de un paracleto, El Paracleto. Que me hace detestar la vida... y me hace que nasca de nuevo... mas dependiente, mas convencido... del vigia, fortaleza de los siglos...

Oh cuantas estocadas a lo ciego, cuantos heridos innecesarios. Esta guerra, una guerra interna que solo perseguia egoismos. Al ataque de demonios camuflados de inseguridades, rehenes fueron tomados como marionetas, complices inconcientes, tomados a lo oscuro mientras enloquecido y neofito me defendia de un enemigo que no veia, ni entendia.

Cuanta incertidumbre hay cuando la lumbrera parece arrebatada en medio de la noche, en una senda llena de reptiles. Cuantas acechanzas pero como siempre sobresaliendo esas promesas inquebrantables... que de mi seria si no fuera por el vigia, fortaleza de los siglos.

Cada dia compruebo cuan inmerecedor soy de Gracia... pero por eso es Gracia... gracias a ese inigualable, incomprensible, ilógico, fiel, verdadero, omnipotente y sobretodo justo vigia, fortaleza de los siglos.

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